Niños afganos saludan desde el autobús que les devolverá a Atenas. Foto: Pablo Ibáñez.

La policía griega ha desalojado, en la mañana de este martes, a cientos de personas de origen afgano que, en la jornada del lunes, protagonizaban un protesta que terminaba en la misma valla que separa Grecia de la Antigua República Yugoslava de Macedonia (ARYM).

La alegría inicial que supuso el permiso a pernoctar en el campo de refugiados de Idomeni, en la noche del domingo al lunes, se ha truncado a las 7.30 de la mañana de este martes. Decenas de antidisturbios griegos accedían a la zona del paso fronterizo, y a las vías ferroviarias colindantes, con el fin de acabar con la protesta afgana.

Médicos Sin Fronteras, a través de la cuenta de twitter @MSF_Sea, alertaba del inicio del desalojo. Los afganos habían sido atrapados durante la noche entre vallas. Aun así, algunos de ellos han corrido hacia el bosque. Casualmente hemos podido presenciar la captura de un pequeño grupo cerca de la estación de tren de Idomeni, situada a menos de un kilómetro del campo.

La información ha sido confusa durante toda la jornada, pues la policía griega no ha permitido el acceso a los medios de comunicación, manteniéndolos a unos tres kilómetros de distancia durante más de tres horas. A las 14.00 horas todavía mantenía a la prensa alejada unos 800 metros del campo de refugiados.

En torno a las 14.30 horas hemos podido acceder al campo, por uno de los tantos resquicios incontrolables por la policía. Hemos podido comprobar que todavía quedaban casi doscientos afganos custodiados por decenas de antidisturbios. Familias enteras con niños muy pequeños. El desalojo de la zona anexa al paso fornterizo permitía que el flujo de ciudadanos sirios e iraquíes se restableciera.

A lo largo del día, al menos dieciséis autobuses, llenos de familias afganas, han salido escoltados por la policía desde el campo de refugiados hacia a Atenas. Algunas de estas familias han vendido sus casas para afrontar unos gastos que pueden superar los 2.000 euros por persona.

La decisión de cerrar las fronteras para afganos, provocó la reacción en forma de acampada en el paso fronterizo, lo que desencadenó el cierre total del paso. En la mañana de este martes, miles de refugiados sirios e iraquíes continuaban esperando la apertura de la frontera para poder proseguir su camino.

El sueño europeo de cientos de familias afganas termina aquí, en Grecia, sin una solución a la vista. Por el momento, las autoridades griegas no han sido invitadas a la cumbre sobre refugiados, que mantendrán los ministros de interior y exterior de Bosnia, Bulgaria, Kosovo, Croacia, Montenegro, Macedonia, Serbia y Eslovenia, además del anfitrión, Austria, y que será celebrada en Viena este miércoles, que puede ser clave para el tránsito de refugiados a través de la denominada Ruta de los Balcanes.

Pese a la afirmación de las autoridades macedonias, que aseguraban que únicamente no dejaban entrar migrantes afganos que llevaran años viviendo en Grecia, por ser considerados «migrantes económicos», la realidad es bien distinta. Los afganos solo han sido identificados para conocer su procedencia.

Nosotros hemos podido conversar con algunos de ellos, que hacía unas semanas salían de Afganistán. Los afganos en Idomeni han sido tratados como un grupo homogéneo y devueltos a Atenas en su totalidad. Por lo que, contradiciendo al gobierno de ARYM, la decisión del cierre fronteras afecta a todas las familias afganas.

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